8/52 análisis – GRETCHEN AM SPINNRADE D 118 F. Schubert

Traducido el título como Margarita en la rueca y escrita sobre el Fausto de Goethe, esta es una de las primeras obras de Schubert, su opus 2, compuesta cuando contaba 17 años de edad.
El texto es de carácter muy dramático y trata sobre la pérdida del amor. Consta de ocho estrofas, de las cuales las cuatro primeras se centran en los sentimientos de la persona que siente el desamor, –Wo ich ihn nicht hab Ist mir das Grab (soy como una muerta si él no está junto a mí)- las número cinco y seis, en las maravillosas características de la persona amada –Sein hoher Gang… Seiner Augen Gewalt (su caminar altivo… y el fuego de su mirada)-, y las dos últimas en el fantaseo sobre volver a estar junto a ella –Ach, dürft ich fassen…(si pudiera tomarlo)-.


La estructura de la obra encaja dentro de la llamada forma «rondó», ABACADA, con todas las secciones A iguales en texto y música (a modo de ritornello), y formadas por cuatro versos, excepto la última, A’, que se acorta a dos. Las secciones B, C y D van aumentando en número de versos y tensiones armónicas a medida que sucede la pieza. Aunque la tonalidad es re m, es muy llamativo como Schubert retrasa el uso de la escala armónica y de la dominante mayor casi hasta el final de la pieza, de forma que no encontramos ninguna cadencia perfecta en la tonalidad principal hasta el compás 107 y ningún do sostenido (sensible de re) en la voz hasta el compás 111, donde tiene lugar la cadencia conclusiva de la obra.

Gretchen am Spinnrade -ESTRUCTURA

Entre cada una de las estrofas hay un compás y medio de piano solo que repite el patrón pianístico instaurado desde el inicio, y sirve para volver a la tonalidad principal, re menor.

Hasta el compás 48 no se introducen tensiones armónicas más claras –dominantes mayores o relaciones de quintas-, evitando hasta aquí sensibles y cadencias conclusivas y usando escalas menores eólicas, proporcionando de esta forma, la sensación de que la música se estira sin fin, como la rueca que no cesa. Es también llamativo el profuso uso de pedales, que contribuyen a este efecto.

La parte del piano consta de dos elementos que colaboran al desasosiego, la tragedia y el funesto e inevitable futuro que transmite el texto (..nunca hallaré la paz): los grupos de seis semicorcheas en sentido ascendente y descendente que parece emular el movimiento de la rueca, (son como una oleada de desesperación sin solución ni fin) y el ritmo de corchea con silencio que se asemeja a respiraciones entrecortadas, como si fuera el aliento de quien cuenta sus sentimientos de forma acelerada: «…no sólo sugiere el girar de la rueca, sino también la agitación de los pensamientos de Gretchen cuando ésta canta acerca de su amado» (Grout, 2001, p.604).

Gretchen am Spinnrade -INTRODUCCIÓN E INTERLUDIO PIANO

En cuanto a la textura, podríamos hablar de una melodía acompañada, con el matiz de que el acompañamiento aporta un discurso paralelo, como si fuera el paisaje sobre el que se desarrolla la acción.

La obra comienza con una breve introducción de compás y medio de piano que nos sumerge en esta atmósfera “acelerada”.

La Estrofa I va del compás 3 en anacrusa al compás 11. Es precisamente este el texto que habla del estado actual del corazón de la protagonista y de un futuro oscuro: …desapareció mi sosiego y me pesa el corazón, nunca conseguiré hallar la paz.

Hay muy poco movimiento en la armonía, con dos pedales sobre la tónica de re m (tonalidad de la pieza) y de do M, alineándose con la pesadez del corazón y la apatía de la que habla el texto (..soy como una muerta). Melódicamente, las distintas subfrases comienzan en anacrusa, recurso que suma a la sensación generalizada de nerviosismo, y se mantienen en un registro medio entre el fa 3 y el do 4, llegando al fa 4 como punto culminante de la frase, coincidiendo con la palabra “hallar”, como un anhelo.

Iguales características tendrán la Estrofa III (c. 31-40), (73-82) y VII (114-118).

Gretchen am Spinnrade -ESTROFA I

La Estrofa II comienza en el compás 13. Consta de ocho versos, extendiéndose hasta el compás 29. La región tonal se mueve -pasando por la m- hacia mi m, con un pedal sobre la tónica que contiene por encima el acorde de dominante en un primer punto climático de la obra, confirmando los sentimientos de enajenación y delirio a los que contribuye también la melodía, cuyo registro se eleva hasta el fa 4 insistiendo en esta zona durante siete compases.

Después de un pedal sobre la tónica de fa M vuelve a la tonalidad principal con un nuevo pequeño intermedio pianístico de dos compases -en el que por primera vez aparece la sensible de la tonalidad, do sostenido-, para pasar a la Estrofa III, que será el ritornello del que hemos hablado.

Gretchen am Spinnrade -ESTROFA II

La Estrofa IV comienza con la música de la frase inicial para luego desarrollarse, entre los compases 42 y 68 en un conjunto de doce versos. Es la primera estrofa en la que se aprecian más tensiones armónicas, coincidiendo con la exaltación del texto (…el fuego de su mirada).

Iniciando en re m, pasa por la m, fa M (con otro pedal sobre la tónica), un círculo de quintas sobre sol m, lab M y sib M, y vuelta a re m, a la parte pianística y al ritornello.

Gretchen am Spinnrade -ESTROFA IV

La Estrofa VI es la más extensa, con 12 versos repitiendo los 2 últimos, sumando un total de 14. Es también donde más se intensifica la acción de la narración y, correspondiendo a ello, las relaciones armónicas, con un círculo de quintas que pasa por mib M, fa M y sol m. Se suman a esta intensidad las primeras progresiones de acordes claras que afianzan la tonalidad principal con todas sus tensiones, incluidas dos cadencias perfectas casi consecutivas.

Gretchen am Spinnrade -ESTROFA VI

Hay varios puntos climáticos en la obra (c. 10, 22-27, 68 y 111, señalados en el análisis sobre la partitura), aunque el clímax tiene lugar en el compás 68 coincidiendo con las palabras und ach, sein Kuss (Oh! Y sus besos ardientes!) de la estrofa cuarta. Todo el material musical se orienta a subrayar e intensificar esta frase: señala Schubert un accelerando, el acompañamiento de semicorcheas se detiene y hay un calderón sobre un acorde de séptima disminuida con séptima, uno de los más usados del Romanticismo.

El segundo punto climático más intenso se produce entre los compases 111-112 con la primera cadencia conclusiva en re m y un salto de sexta menor en la melodía que contiene la nota más aguda a la que se llega en el registro (un la 4) y la nota sensible de la tonalidad, apoyando todo el material musical a la exclamación An seinen Küssen, Vergehen sollt! (quedarme muerta bajo sus labios).

ESCUCHA

Como sugerencia de escucha os recomiendo la versión de Jessy Norman, la cual me gusta especialmente por cómo su interpretación transmite los cambios en la armonía de los que se sirve Schubert para realizar la transformación del personaje.

Como adaptación para orquesta recomiendo la interpretada por René Fleming. Me parece magistral cómo Claudio Abbado maneja el tempo en esta versión en cuanto a la sensación de estar tirando constantemente de él hacia alante y atrás, creando el ambiente de opresión que necesita la pieza.

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