13/52 análisis – DER TOD UND DAS MÄDCHEN D 531 F. Schubert

«Aquí la música ha sepultado un opulento tesoro, pero aún mejores esperanzas»

Epitafio sobre la lápida de Schubert

Der Tod und das Mädchen es el tercer lied de F. Schubert que aparece en nuestro reto de 52 análisis musicales en 52 semanas. Junto con Gretchen am Spinnrade y Erlkönig, los tres lieder coincidieron cronológicamente con los años de su vida en los que estuvo enseñando en una escuela (educado para seguir la profesión del padre), entre 1814 y 1817. Este último año, Schubert abandonará su cargo para dedicar todo su tiempo a la composición.

Puesto que le hemos dedicado bastante espacio, hablemos un poco de este género apoyándonos en algunas referencias bibliográficas.

En los inicios del siglo XIX, «el lied se había convertido en un vehículo apropiado para el máximo despliegue de facultades de cualquier compositor» (Grout, 2001, p.602).

No es casualidad que la época de oro de este género musical fuera el período romántico, pues es entonces cuando converge una producción poética de gran altura -con autores como Schiller, Goethe o Müller- con la necesidad de dotar a la música de una nueva comprensión, fundiéndola con la poesía.

Para la creciente clase media interesada en aumentar su nivel de educación, el lied era una forma perfecta, convirtiéndose, según Vasquez (2010) «en una parte importante de todas las reuniones privadas de las clases adineradas» (p.9).

Para la nueva libertad artística romántica, contraria a reglas objetivas, defensora de la libertad formal y la primacía del contenido sobre la forma, las pequeñas formas musicales se convirtieron en el mejor vehículo, pues eran capaces de expresar la intimidad y el lirismo romántico frente a formas como la sonata, los cuartetos o las sinfonías.

Uno de los más prolíficos compositores de este género fue quien nos ocupa, Franz Schubert, enmarcado dentro del “Romanticismo temprano”, «entre los años 1800 y 1830» (Abad, 2019, p.15)

Der Tod und das Mädchen D 531 (traducido como La muerte y la doncella, el opus 7 de Schubert (cuya melodía aprovechó para su cuarteto de cuerda de nombre homónimo) está escrito en 1817 sobre un texto de Matthias Claudius y relata el temor de una doncella ante la sombra de la muerte que la atenaza.

Según su estructura y cómo la música se adapta al texto se trata de un lied estrófico variado, pues cada estrofa tiene música diferente (binario con dos partes A y B), constando de cuatro versos asignados a cada uno de los personajes, la doncella y la muerte, respectivamente.

Der Tod und das Mädchen -ESTRUCTURA

En cuanto a registro melódico, la doncella abarca el medio-agudo, desde mi3 a mib4 con un movimiento melódico amplio y, la muerte, el grave desde el re3 al fa3, con un movimiento melódico estático, de notas repetidas, como insistiendo en su objetivo de llevarse a la doncella al mundo de los muertos.

En la tonalidad de re m, la pieza comienza -y termina- con una marcha fúnebre en el piano; dos frases iguales de cuatro compases cada una con dos pedales, de tónica y dominante.

Der Tod und das Mädchen -MARCHA FÚNEBRE

A continuación comienza la Estrofa I, en la que la doncella se muestra alterada por la aparición de la muerte, intensidad que se refleja en la música con acordes de séptima disminuida y dominantes secundarias. El acompañamiento del piano, con un ritmo de silencio de corchea y tres corcheas, aporta tensión y suspense. El último verso hace una flexión al relativo fa M, para volver enseguida a rem y terminar la frase en suspenso con una semicadencia sobre la dominante, precedida por un acorde de séptima disminuida, tensión que acompaña a la acción.

Der Tod und das Mädchen -LA DONCELLA

En el compás veintidós interviene la muerte, recuperando el ritmo y acompañamiento inicial de marcha fúnebre con una melodía primero insistente en la tónica de re m, luego en la de fa M y, finalmente, pasar a re M en la resolución del relato “…vas a dormir dulcemente en mis brazos”. Las dos frases finales del piano se desarrollan sobre re M, tonalidad que acompaña al triunfo de la muerte.

Der Tod und das Mädchen -LA MUERTE

Los materiales musicales están al servicio de la expresividad y el relato del texto, siendo patente en todas ellas el uso simbólico de los acompañamientos de piano. Dice Grout (2001): «…diversos e ingeniosos son los acompañamientos pianísticos en los lieder de Schubert. Con mucha frecuencia, lo que sugiere la figuración del piano es alguna imagen pictórica del texto» (p.604).

Tal es la capacidad de Schubert de imbuirnos en la atmósfera y el escenario en el que transcurre la historia, usando todos los elementos de los que dispone: perfiles y registros melódicos, regiones armónicas, progresiones de acordes… siendo llamativo el profuso uso de pedales para suspender la narración: «…prolongados pasajes en los que la tonalidad se mantiene en suspenso» (Grout, 2001, p.603).

Respecto al lenguaje armónico, señalar las modulaciones que usa para caracterizar a los personajes, la elusión de cadencias conclusivas o el uso de acordes de séptima disminuida encadenados para los momentos de tensión.

Como sugerencia de escucha recomiendo esta versión de Christa Ludwig pues, aunque es una grabación un poco antigua, caracteriza fantásticamente con su voz e interpretación tanto a la doncella como a la muerte.

2/52 análisis – ERLKÖNIG (II) – F. Schubert

¡Vamos con el número 2 de este reto de 52 semanas!

Como ya anticipé en mi anterior entrada, dedicaré este post a profundizar en la información relativa a la armonía de Erlkönig, D328 de Franz Schubert.

La semana pasada habíamos mostrado los recursos que utiliza Schubert relacionados con el simbolismo musical y que se orientan a caracterizar el ambiente de la historia y a cada uno de los personajes. Habíamos señalado, también, cómo las regiones armónicas -además de como recurso estructural- eran usadas para reforzar esta caracterización. Por coherencia, es de esperar que las progresiones de acordes y recursos del lenguaje armónico caminen en esta misma dirección; vamos a comprobarlo.

Con dos bemoles en la armadura, la tonalidad de la pieza es sol m, comenzando en esta región armónica con una introducción pianística de quince compases y la primera estrofa asignada al narrador, hasta llegar al compás 36. A continuación, tiene lugar la primera intervención del padre (c. 37) y empiezan a sucederse las modulaciones, sin retornar a la tonalidad principal hasta el final de la última intervención del hijo (c. 128) que dará pie a la vuelta del narrador, quien cerrará el relato y la pieza musical con la última estrofa nuevamente en sol m (c. 132).

Vamos a desgranar qué sucede armónicamente dentro de la introducción pianística y la primera estrofa.

La introducción comienza con dos frases regulares, y prácticamente iguales (difiriendo en la resolución) de siete compases cada una. Toda la frase es una insistencia sobre la tónica, hasta el compás seis donde comienza la cadencia sobre un II con séptima que se convierte en una V/V -la cual incrementa la tensión-, para finalizar con una sexta y cuarta cadencial (c. 7) y repetir de nuevo la frase. En esta repetición sucede lo mismo aunque, llegados a su finalización, se mantiene durante más tiempo la armonía sobre el II7 y la tensión final se alarga en una dominante secundaria sobre el V, usando para esta función un acorde de séptima disminuida que ocupa todo el compás (c. 14). Este último acorde aporta una tirantez añadida que ya nos introduce en la primera estrofa (encontraremos a lo largo de toda la obra el uso de acordes de séptima disminuida en momentos de necesidad de tensión, bien sea para dar énfasis a una palabra determinada, a un final de frase específico, al carácter del personaje y/o al ambiente de la narración). Las progresiones de este pasaje dibujan el trote constante del caballo. Los cambios y tensiones que se introducen dan voz a la tensión del ambiente nocturno y tempestuoso, y a la inquietud de los personajes.

Seguidamente comienza la primera frase de la Estrofa I, sobre la dominante de sol menor, cuestión sorpresiva -cuando esperamos encontrar la tónica como final de la anterior frase- y a su vez coherente con el carácter interrogativo del texto: ¿Quién cabalga tan tarde a través de la noche y el viento? En la frase se alternan dominante y tónica (ésta en posición de 6/4), terminando la interrogación con dos compases insistentes sobre la dominante.

Dentro de la idea de tonalidad expandida, hay en esta frase tintes de color hacia el homónimo sol M cuando, en los compases 15, 17 y 19, Schubert utiliza el si natural (en la escala que realiza sobre el acorde de dominante) aunque la melodía siga desarrollándose con el si bemol, y la tónica que aparece en esta progresión siga siendo el acorde de sol menor.

En el inicio de la frase dos se “resuelve” ese acercamiento a sol M, con un V del IV con séptima (c. 21), para pasar después al IV, que será el acorde pivote (II – c. 22) que nos conducirá a la tonalidad de sib M (relativo de la principal). Este acorde de V7/IV, aporta tensión a la palabra “padre” y al ascenso melódico al sol4 sobre el que se canta la primera sílaba. Este segundo verso finalizará con una sexta y cuarta cadencial sobre sib M.

Progresiones armónicas* y frases. Introducción y Estrofa I (1)

La frase tres de la primera estrofa comienza en tensión sobre un acorde de séptima disminuida (c. 25), seguido de un acorde de tónica, repitiéndose los dos siguientes compases (c. 27-28) esta misma progresión. Esta tensión del acorde (que introduce un nuevo tinte con el sol bemol -traído de sib m-) acompaña a la frase Tiene al pequeño en su brazo, cuyo carácter temeroso es subrayado por la melodía repetida en cada una de las subfrases que la componen. El verso concluye sobre un acorde de tónica (c. 28), que sirve como pivote, -III de sol m-, en relación de mediante para volver a sol m.

Por debajo de estos acordes, Schubert sitúa una nota pedal de tónica (aunque hay algo de movimiento, se infiere un pedal), un recurso que va a seguir usando a lo largo de toda la pieza, que aporta tensión y que, de alguna manera, deja en suspenso la tonalidad. 

La última frase de la estrofa se construye sobre sol m, comenzando sobre un acorde de séptima de dominante para proseguir con una progresión cadencial VI-II7-V-I (c. 30-32), terminando la melodía con las notas sensible y tónica, afianzando así la cadencia perfecta.

Sigue a esta estrofa una frase de cuatro compases de interludio pianístico (c. 34-37), similar a la del inicio de la pieza, desarrollada en este caso sobre la tónica, sin resolución cadencial.

Progresiones armónicas* y frases. Estrofa I (2)

* NOTA: los acordes no están cifrados numéricamente. Cuando aparece un 7 al lado del número romano, indica solamente que ese acorde es una cuatriada con séptima, pero no su inversión ni su naturaleza.

Hemos podido observar en este extracto la mayor parte de los recursos que Schubert utilizará a lo largo de toda la obra para ilustrar el contenido del texto y su expresividad: acordes de séptima disminuida, modulaciones, notas pedales y posiciones de 6/4. Otros serán la recurrencia a regiones tonales para identificar personajes o el cambio de región cuando la personalidad de los mismos cambia.

Adjunto presentación de toda la partitura indicando algunos de estos recursos, así como el inicio de cada estrofa y las distintas intervenciones de los personajes (recuerda que tienes aquí un esquema de toda la estructura de la obra).

De momento, dejaremos en este punto el análisis de esta pieza para pasar a descubrir otra, aunque volveremos a ella en algún otro momento, pues todavía quedan aspectos muy interesantes que apuntar sobre la misma (en cualquier caso, si tienes algún interés concreto puedes dejar un comentario o contactar a través de mis redes sociales).

Como segunda sugerencia de escucha os dejo esta interpretación de Dietrich Fischer-Dieskau, que realiza una fidedigna caracterización de los personajes tanto en el aspecto vocal como en el interpretativo.

1/52 análisis – ERLKÖNIG (I) – F. Schubert

He escogido esta pieza para comenzar este reto de 52 semanas porque me parece una obra extraordinaria en cuanto a su organización y al uso que en ella se hace de los recursos y procedimientos de composición para transmitir un relato. Puesto que tiene mucho contenido que tratar, dividiré la información en dos entradas, tratando en esta primera los recursos relacionados con el simbolismo musical, pues Schubert crea, a través del acompañamiento pianístico, los registros melódicos y las regiones armónicas, un universo determinado para cada personaje.

Der Erlkönig D 328 es el opus 1 de Schubert, obra compuesta en 1815 -cuando el autor tenía 18 años- sobre un texto de Goethe de ocho estrofas (en el esquema formal de más abajo encontrarás el texto con su traducción).

La pieza comienza con una introducción de piano de quince compases que crea una atmósfera de partida para el oyente -prisa, aceleración y desesperación-, introduciéndonos inmediatamente en la historia: un padre cabalga hacia casa con su hijo enfermo en brazos al acecho del Rey de los Elfos (en traducción estricta «Rey de los Alisos») que intenta, con palabras sugestivas, convencer al niño para que se vaya con él (no llegamos a saber si esto es real o son delirios, mezclándose el componente mitológico-mágico con la realidad, recurso usual de la música alemana de esa época). 

Aparecen por tanto en el texto tres personajes -el padre, el hijo y el Rey de los Elfos- a los que se suma un narrador -que abre y cierra el relato- y el caballo (cuya presencia se deja sentir a través de la música).

Fijémonos en los recursos que utiliza Schubert en el piano para introducir varios de los elementos simbólicos con los que ilustra la narración. Por un lado, tenemos los elementos que acompañan las «escenas» del padre y el hijo, comenzando en el compás 1 con el ritmo que emula el galope del caballo de tresillos de corcheas en octavas y en el compás 2 con la melodía ascendente-descendente de tresillos de corchea y negras que ejecuta la mano izquierda asemejando el vaivén del viento y transmitiendo un cierto nerviosismo y suspense (tempestad).

Simbolismos galope y tempestad Erlkönig

Por otro lado, representando al Rey Elfo, en su primera intervención (c. 58) nos encontramos con un ritmo de tresillos de corchea en alternancia bajo-acordes, acercándose a una especie de rápido vals que aligera el peso de los tresillos de octavas. La segunda intervención, en el compás 87, se acompaña con unos sugestivos arpegios asecendentes-descendentes. Estos dos recursos parecen reflejar el carácter bondadoso con el que el personaje quiere presentarse. Ya en su tercera y última intervención (c. 117), el rey se quita esta máscara, amenazando al niño con violencia, gesto que se acompaña con unos insistentes acordes en la mano derecha del piano y pesadas octavas en la izquierda.

Simbolismo Rey Elfo c.58
Simbolismo Rey Elfo c.87
Simbolismo Rey Elfo c.117

Los recursos melódicos se suman a estas caracterizaciones. Al padre se le asigna un registro más grave, -entre do3 y do4-, mientras que el hijo se mueve entre el sol3 y el mi4, siendo este el único personaje que repite melodía (estrofas IV, VI y VII), lo cual funciona como medio estructural y dramático, pues Schubert transporta una segunda ascendente cada una de sus apariciones (llegando al solb4), lo que va aportando tensión y celeridad al discurso musical en concordancia con la narrativa que conduce al temido desenlace.

Melodía 1 Hijo (desde re)
Melodía 2 Hijo (desde mi)
Melodía 3 Hijo (desde fa)

Las regiones armónicas refuerzan aún más la encarnación de los personajes, sirviendo a su vez como recurso estructural.

La obra está en la tonalidad de sol menor, reservada para el narrador en las estrofas de introducción y cierre (I y VIII). En las conversaciones padre-hijo, se usan tonalidades vecinas y/o relativas (quizá aludiendo al parentesco), la tonalidad de do m (niño), su cuarto grado mayor, fa M y su dominante sol M, en las dos primeras intervenciones (estrofas II y IV) y las de mi M y do# m en la última (estrofa VI).

En cuanto a las intervenciones del Rey Elfo, las regiones armónicas se adaptan también al relato: la primera (estrofa III) está enteramente en sib M, con progresiones de acordes suaves, enlazando con la actitud “zalamera” del personaje; la segunda intervención (estrofa V) parece adoptar los atributos infantiles -hablando de unas supuestas hijas arrulladoras- mimetizándose en la tonalidad de do M (recordemos que do m era la del niño); en la tercera y última (el Rey Elfo se desenmascara), introduce Schubert la tonalidad de mib M, que no había aparecido en toda la obra, acompañada de tensas progresiones armónicas.

La última intervención del niño (cuatro últimos versos de la estrofa VII) ya no obtiene respuesta de su padre, coloreada en sib M, relativo de la tonalidad principal sol m, anticipa la vuelta de esta en la última estrofa (VIII), con la intervención del narrador que relata el desenlace de la historia.

Dejaremos la explicación de este desenlace para el post de la próxima semana, en el que profundizaremos en toda la información relativa a la armonía y la forma. De momento, el esquema adjunto nos irá haciendo conscientes de la macroestructura de la obra.

Como trabajo auditivo, os sugiero utilizar esta versión de Jessye Norman para buscar los elementos explicados. Aunque la puesta en escena pueda resultar kitsch, la forma en la que la cantante adapta su voz a cada uno de los personajes y los interpreta, transmite un gran conocimiento de la obra.

MODULACIONES-CADENCIAS Coral nº17

«Erschienen ist der herrliche Tag» (Vino el magnífico día)

Coral nº17

Hablábamos en un post anterior sobre el juego tonal que se establece en esta obra. Siendo la tonalidad Mi m, sólo durante seis compases de los 18 que tiene el coral, los sucesos ocurren en esta tonalidad.

Todas las modulaciones que se producen son diatónicas y se realizan a través de un acorde pivote (redondeado en azul con una P). Sin embargo, queda explicar el inicio de la obra. En el primer compás, en el cual sólo aparece la tónica de Mi m e inmediatamente nos vamos al entorno de La M a través de su I, ¿cuál es aquí el acorde pivote? ¿podríamos explicar alguno de estos acordes en ambas tonalidades? Más aún, ¿existe acorde pivote?

  • podemos intentar explicar el acorde de Mi m en La M como si de una dominante sin sensible se tratara evocando a la escala natural de La m, lo cual, en mi opinión, no tiene aquí coherencia con el resto de la obra.
  • podemos también intentar explicar el acorde de La M como cuarto grado de Mi m sobre la escala melódica ascendente y considerar este acorde, La M, el acorde pivote. Esta explicación, podría tener más sentido. Sin embargo, no hay un proceso cadencial claro.
  • yo me inclinaría por la tercera opción: no existe acorde pivote como tal ni proceso de modulación. Pasa de un lado a otro con la confianza de que todo está muy cerca y puede ser que con la intención de no quedarse en la sensación de «menor» durante mucho tiempo.

Respecto a los procesos cadenciales, los acordes sobre los que se descansa en las cadencias forman un círculo de quintas Si-Mi-La-Re-Sol y el uso de dominantes secundarias justo antes del descanso, nos da la sensación de modulación a estas tonalidades, aunque en la práctica no se produzcan.

TONALIDAD-MODULACIONES Coral Nº17

«Erschienen ist der herrliche Tag» (Vino el magnífico día)

Coral nº17 ANÁLISIS

Una de las cuestiones más interesantes en este coral es el » juego tonal». Estamos en Mi m, pero la mitad de los sucesos sonoros tienen lugar en el relativo Sol M.

Por otro lado, el coral empieza en la tónica de Mi m, pero inmediatamente se pasa a La M. No hubo tiempo de establecer la tonalidad, nada más que a través de esa tónica. Durante cuatro compases nos movemos en La M (como si se tratara de un desarrollo sobre la subdominante)  y volvemos nuevamente a la tónica de Mi m para, ahora si, dejar bien clara la tonalidad con todo un compás dedicado a la tónica y una semicadencia sobre el V grado de Mi . Esta progresión hacia la V, la realiza Bach introduciendo un acorde de V-V a modo de sexta y cuarta cadencial, como si el descanso se produjera sobre la I de Si M, aunque no exista modulación a este tono.

Inmediatamente nos vamos a Sol M. Bach vuelve a Mi m para realizar la cadencia final, concluyendo con la I en modo Mayor a modo de picarda.

Coral nº17 J. S. BACH

Los corales de Bach son unas de esas obras claves para entender no sólo la música barroca y en concreto la de Bach, sino todo el resto de la música tonal. En ellos, hay todo un compendio de la teoría de las progresiones armónicas y del movimiento melódico de las voces. Podríamos imaginar que Bach, en aquella época, recién nacida casi la armonía tonal, iba a dejarnos una muestra básica de ella, como sucede con algo que está empezando a dar sus primeros pasos. Pero no es así. En los corales encontramos estructuras que se fueron desarrollando a lo largo de los dos siguientes siglos. Y ya Johan Sebastian pensó y trabajó en ellas.

Os dejo la audición y el análisis del Coral número 17 «Erschienen ist der herrliche Tag» (Vino el magnífico día). 


Coral nº17 ANÁLISIS

ANÁLISIS AMPLIADO:

17.Tonalidad-Modulaciones / 17.Modulaciones-Cadencias17.Ritmo Armónico17.Acordes de Séptima / 17.Notas de Adorno