10/52 análisis -CANCIÓN ESPAÑOLA (I) -Pauline Viardot-García

En este número 10 del reto de 52 análisis musicales en 52 semanas, traigo una obra de la cantante y compositora Pauline Viardot; su Canción Española escrita en el año 1859.

Aunque Viardot nació y vivió fuera de España, su familia era española. Los aires y gestos armónicos que sonoramente se relacionan con este país se dejan ver en algunas obras de la compositora, y algo de ellos veremos en esta pieza.

Canción Española fue compilada por Juan Antonio de Zamácola sobre un texto popular que trata del sufrimiento por amor:

De unos hermosos ojos, preso y cautivo, 
humilde el yugo sufro de su capricho. 

¿Cómo quieres que tenga gusto sin verte? 
Cárcel de mi esperanza, juez de mi voluntad. 
Tus ojos son los reos, la causa es amor. 

La tortolilla triste de verse admira
cómo mi pecho tierno su canto imita. 

De unos hermosos ojos, preso y cautivo, 
humilde el yugo sufro de su capricho.

Dada la gran cantidad de elementos de interés que hay en la obra, hablaremos en este post del texto y de cómo se trabajan los materiales musicales para transmitirlo, dejando para una segunda entrada los elementos estructurales.

La pieza está dividida en cuatro secciones ABCA’, con un pequeño interludio pianístico entre B y C. Observamos pues su carácter circular, retornando a la sección inicial y a su tonalidad principal.

Ya en una primera escucha se percibe lo cambiante de los afectos y la rapidez con la que se producen estos cambios, lo cual no es para menos cuando el amor se debate entre el cautiverio y el enamoramiento irracional. El padecimiento amoroso se concreta en una imagen del amor como prisión, definido por palabras como «preso», «cautivo», «prisionero», «yugo», «cárcel», «juez» o «reo».

La música está totalmente al servicio del texto. Viardot utiliza los recursos musicales, como el lenguaje armónico y el registro y contorno melódicos, para definir el gran contenido dramático que encierran las palabras -asociando a las mismas determinadas armonías o giros a modo de simbolismos-, así como para representar los estados anímicos variables que el poema relata.

Todos los términos citados relacionados con la «cautividad», están construidos musicalmente sobre un acorde napolitano de do (reb, fa, lab), un segundo grado descendido que hace aparecer un re bemol que, no sólo nos conduce a un lugar afectivamente más oscuro sino que, unido al giro melódico de segunda descendente hacia el do, nos acerca al modo frigio y la cadencia española. Sumado a ello, nos encontramos con que la melodía que acompaña a estas palabras, proveniendo anteriormente de un registro medio-agudo, «cae» repentinamente en un registro grave, significando no sólo el encontrarse en un cautiverio profundo sino los sentimientos encontrados de feliz ensimismamiento amoroso que se precipitan a la oscuridad.

Observemos estos simbolismos en los compases 4 –preso y cautivo-, 22-23 y 27-28 –reos

Simbolismo PRESO Y CAUTIVO (c.4)
Simbolismo REOS (c.22-23/27-28)

Volviendo a los cambios anímicos entre ensalzamiento amoroso y sufrimiento de los que hablábamos, son estos una constante que, no sólo suceden en momentos puntuales, sino que construyen estructuralmente el poema. Encontramos así una alternancia contrastante -siguiendo a una frase o semifrase exaltada viene una de tormento- que Viardot representa ajustadamente en la música.

Comenzando por la primera frase (a), la semifrase aa «De unos hermosos ojos», se construye sobre un pedal de tónica, estable y sin sobresaltos, con un ritmo armónico lento y sin cambios (de blanca con puntillo).

En la segunda parte de la frase (ab) «preso y cautivo», el ritmo armónico se acelera (sucediéndose tres acordes en un compás) y se intensifica el cromatismo en las armonías (con el acorde napolitano que ya citamos y el giro frigio de segunda menor descendente en la voz y el acompañamiento).

Canción Española -FRASE a

Volvemos a la «calma», al pedal de tónica y el ritmo armónico lento, en el antecedente de la siguiente semifrase (a‘) «Humilde sufro el yugo», y de nuevo a las tensiones en el consecuente «de su capricho», con dos dominantes secundarias (c. 7-8) y de nuevo el intervalo descendente de segunda menor, ahora en la nota más grave del piano (sib-la).

Canción Española -FRASE a’

Finalizada la sección A, con los versos que inician la Sección B con la pregunta «¿Cómo quieres que tenga gusto sin verte?» (frase b), comienza Viardot a utilizar un recurso al cual volverá más adelante; se trata de usar la repetición como forma de reiteración e intensificación del mensaje.

Nos hemos ido a la tonalidad más optimista de mib M. La primera vez (c.10-13) que se canta la frase (b), la compositora usa de nuevo un pedal de tónica, sólo estable en apariencia, pues en esta ocasión hay una especie de «marejada interna»; mucho movimiento armónico en el piano junto con una escala descendente en la voz intermedia en la que, de nuevo, predomina el intervalo de segunda menor (frigio). Para suavizar estas segundas se montan los acordes superiores formando una serie de sextas paralelas descendentes.

Canción Española -FRASE b

En la repetición de la frase, b’, se gana intensidad (c.14-17), eliminando el pedal y usando una serie de séptimas sobre la misma escala descendente que encontrábamos en la frase b, esta vez trasladada a la voz más grave del piano. La reiteración termina con una cadencia sobre sol M, con un salto de quinta descendente tanto en la voz como en el piano, rematando con contundencia el sentido afectivo de la frase.

Canción Española -FRASE b’

Vuelve la tonalidad de do m con la palabra «cárcel»; dos frases musicales repetidas (c. 18-19) «cárcel de mi esperanza» (c) y (c. 20-21) «juez de mi voluntad» (c’) en las que se aligera el tono intenso del que veníamos, a través de recursos como el uso de grados conjuntos y un registro medio en la melodía y la tónica «mayorizada».

Canción Española -FRASES c-c’

La aparente calma es transitoria, pues en el compás 22, se retoma la vehemencia con la frase «Tus ojos son los reos la causa es amor» (d-d’), usando Viardot nuevamente el recurso de la repetición para imprimir dramatismo y contundencia. Volvemos a las tensiones y los cromatismos con la reaparición del acorde napolitano y una inclinación en la armonía hacia el cuarto grado de la tonalidad. A este respecto, anotamos que podríamos analizar este pasaje refiriéndonos a la tonalidad de fa menor, aunque al no existir una cadencia clara sobre fa y encontrar la cadencia final conclusiva (c. 30) en do, hemos decidido usar esta última tonalidad para nombrar y numerar los acordes (se señala en la partitura «entorno fa m»).

Estas dos frases d-d’ constituyen el clímax de la obra. Un clímax que se construye direccionando la frase descendentemente hacia la nota más grave de la pieza, un sib2, y sobre las palabras «la causa es amor» (como respuesta a la pregunta ficticia «¿cuál es la causa?»), que son pronunciadas sobre tres segundas menores descendentes desde reb (de nuevo la referencia frigia).

La frase d queda en suspenso para repetirse el descenso (d’) comenzando en una nota una tercera más aguda, sol4, para terminar sobre un do3. La cadencia se remata con la reiteración de la expresión «la causa», que se intensifica con un calderón para concluir en una cadencia auténtica con la tónica mayorizada, la cual dará comienzo a una nueva sección en do mayor.

Canción Española -FRASES d-d’

Después de esta intensidad y contundencia, ciertamente la obra podría terminar aquí. Sin embargo, continúa con unos versos ligeros que se apartan totalmente del discurso anterior: «La tortolilla triste de verse admira cómo mi pecho tierno su canto imita» (sección C). Además de conectar con el origen popular del texto, hay una doble significación de la palabra «tortolilla» que se define además de como un ave, como un hombre enamorado.

Este aire «despreocupado» -un nuevo contraste con todo el dramatismo anterior-, es apoyado por la «simplicidad» de los elementos musicales: tonalidad de do mayor, ritmo armónico lento, armonías sin tensiones, diatonismo y melodías circulares por grados conjuntos de cierto aire «pastoral» que no sobrepasan el ámbito de la tercera. Todo descansa con tranquilidad sobre un pedal de tónica que ha sido introducido en el interludio pianístico precedente (c.31).

Canción Española -INTERLUDIO PIANO y frase x.

Después de estos versos, se vuelve a la sección A y Viardot retoma el mecanismo de la repetición para ir avanzando hacia el carácter más intenso del inicio de la obra.

En primer lugar y todavía dentro de la sección C, utiliza una melodía que ya habíamos escuchado (sección B frase c), repitiéndola y variándola (c. 39-40, 41-42, 43-44) sobre el texto «cómo mi pecho tierno su canto imita». En segundo lugar va acercándose a la tonalidad principal usando el segundo grado menor (intercambio modal) (c. 46-47) sobre el que adorna melódicamente la palabra «imita» simbolizando el canto imitado del pájaro, para reafirmar la frase con un nuevo adorno sobre una cadencia auténtica repitiendo la expresión «su canto imita».

Canción Española -FINAL SECCIÓN C.

Después de esta adornada extensión cadencial, entramos en la última sección A’ para repetir literalmente la sección A. Aquí, la compositora introduce como opcional una virtuosa cadencia vocal adornada, para terminar contundentemente con una cadencia auténtica perfecta.

Canción Española -SECCIÓN A’ Cadencia Final.

Por todo lo que hemos observado, es esta una obra de absoluta coherencia y unidad entre los elementos, más si sumamos un último aspecto, el de la direccionalidad melódica. Las frases de carácter más calmado o ligero (b, c, y x) se construyen sobre melodías circulares, mientras que las de mayor fervor (a y d) siguen una dirección descendente más o menos cromática y, como hemos señalado, finalizan con el intervalo que caracteriza al modo frigio.

Muy llamativo es también el uso del ritmo armónico que da impulso o frena los afectos derivados de la melodía.

Sugerencia de escucha

Esta pieza ha sido recientemente grabada en el trabajo discográfico The Unknown Pauline Viardot – en el que participan la pianista Isabel Dobarro y las cantantes Anna Tonna (mezzosoprano) y Corina Feldkamp (soprano)-, y podéis escucharla en este enlace.

Agradezco a la musicóloga Patricia Kleinmann, haberme dado acceso a esta partitura, uno de los objetos de su trabajo musicológico y sobre el cual se edifica y vertebra el proyecto de la citada grabación.

7/52 análisis – SONATA K.159 «La Caza» Domenico Scarlatti

Continuamos este reto de 52 análisis musicales en 52 semanas y toca el número 7!!!

Esta vez traigo la Sonata K. 159 «La Caza» en do mayor de Domenico Scarlatti. Se trata de un autor que, aunque de origen italiano, vivió y trabajó durante mucho tiempo en España donde compuso cerca de 555 sonatas!! Prueba de la influencia del folclore español son el uso del modo frigio y las técnicas que imitan a la guitarra en alguna de sus obras.

La falta de manuscritos autógrafos del autor, ha dado lugar a diferentes catalogaciones de sus sonatas, siendo la más usada la de Kirpatrick que sitúa la fuente de esta sonata en el volumen I de Venecia de 1752. En cuanto al momento de su escritura, se considera dentro del grupo que compuso en sus años en Portugal y primeros en España, alrededor de 1740.

La Sonata K.159, como todas las de Scarlatti, consta de un solo movimiento. El ritmo 6/8 y el inicio en anacrusa puede sugerir una giga o una siciliana.

Aunque en la sonata típicamente scarlattiana no hay sentido de recapitulación – cumpliendo el esquema bipartito-, no es el caso de nuestro ejemplo, que incluye una reexposición, lo que la convierte en una forma sonata embrionaria, tripartita con tres secciones A-B-A’ en la tonalidad de do M, aunque con repeticiones AABA’BA’, que evidencian el pensamiento bipartito con interés de mostrar el elemento tripartito.

Sonata «La Caza» Scarlatti -ESTRUCTURA

La Sección A presenta el tema a, muy pegadizo, a modo de pregunta (termina en la dominante) y la respuesta b, con la peculiaridad de que esta no concluye en la tónica (como se esperaría en la sonata clásica) sino que se transforma en una progresión hacia sol M. La frase termina en el compás trece con una cadencia imperfecta sobre sol mayor para proseguir con una extensión cadencial insistiendo en la tónica y la dominante, y finalizar la primera sección con una cadencia perfecta sobre sol mayor en el compás 24.

Sonata «La Caza» -SECCIÓN A

La Sección B comienza con un cambio de modo al homónimo do m, recuperando parte de la respuesta para convertirla en una secuencia modulante hacia fa m, a la que se suma una segunda secuencia modulante que se mueve por el círculo de quintas hasta volver a do m de nuevo, acelerándose aquí el ritmo armónico. Esta sección termina con una cadencia sobre la dominante de do m, que es compartida con do M como acorde pivote para regresar a la tonalidad principal.

Sonata «La Caza» SECCIÓN B
Sonata «La Caza» SECCIÓN B (II)

La Sección A’ está construida enteramente sobre do M. Es casi idéntica a la A excepto por algunos detalles, y finaliza con esa extensión cadencial que veíamos en la primera parte insistiendo en la alternancia dominante-tónica para terminar en la única cadencia perfecta que hay en la obra sobre do M.

Sonata «La Caza» SECCIÓN A’

Esta es una pieza precursora de la sonata clásica en muchos aspectos -estructura ternaria, exposición en el tono prinicipal, modulación al tono de la dominante, desarrollo modulante y reexposición en el tono de la tónica, frases estructuradas, sintaxis simétrica- menos en que es monotemática y se construye en algunas partes a la manera barroca.

El tema es muy fresco y sencillo de escuchar apuntando a la melodía acompañada típica clásica más que a los recursos contrapuntísticos barrocos. Los cambios de modalidad provocan cambios de emociones y sucesión de eventos dramáticos, otro rasgo que se opone a la estética barroca de sentimientos perdurables y únicos y que anticipa el Clasicismo vienés.

En cuanto a la estructura de las frases es, bastante regular, aunque conserva en algunas partes la estructura irregular y las cadencias infrecuentes, tanto es así que la cadencia conclusiva en la tonalidad principal de do M -como sucede en la música barroca- se reserva para el final.

El ritmo armónico es rápido con, generalmente, dos cambios por compás, y el recurso constructivo principal sigue siendo la secuencia -modulante o no-, características que la hacen conservar una sonoridad todavía cercana al Barroco.

1/52 análisis – ERLKÖNIG (I) – F. Schubert

He escogido esta pieza para comenzar este reto de 52 semanas porque me parece una obra extraordinaria en cuanto a su organización y al uso que en ella se hace de los recursos y procedimientos de composición para transmitir un relato. Puesto que tiene mucho contenido que tratar, dividiré la información en dos entradas, tratando en esta primera los recursos relacionados con el simbolismo musical, pues Schubert crea, a través del acompañamiento pianístico, los registros melódicos y las regiones armónicas, un universo determinado para cada personaje.

Der Erlkönig D 328 es el opus 1 de Schubert, obra compuesta en 1815 -cuando el autor tenía 18 años- sobre un texto de Goethe de ocho estrofas (en el esquema formal de más abajo encontrarás el texto con su traducción).

La pieza comienza con una introducción de piano de quince compases que crea una atmósfera de partida para el oyente -prisa, aceleración y desesperación-, introduciéndonos inmediatamente en la historia: un padre cabalga hacia casa con su hijo enfermo en brazos al acecho del Rey de los Elfos (en traducción estricta «Rey de los Alisos») que intenta, con palabras sugestivas, convencer al niño para que se vaya con él (no llegamos a saber si esto es real o son delirios, mezclándose el componente mitológico-mágico con la realidad, recurso usual de la música alemana de esa época). 

Aparecen por tanto en el texto tres personajes -el padre, el hijo y el Rey de los Elfos- a los que se suma un narrador -que abre y cierra el relato- y el caballo (cuya presencia se deja sentir a través de la música).

Fijémonos en los recursos que utiliza Schubert en el piano para introducir varios de los elementos simbólicos con los que ilustra la narración. Por un lado, tenemos los elementos que acompañan las «escenas» del padre y el hijo, comenzando en el compás 1 con el ritmo que emula el galope del caballo de tresillos de corcheas en octavas y en el compás 2 con la melodía ascendente-descendente de tresillos de corchea y negras que ejecuta la mano izquierda asemejando el vaivén del viento y transmitiendo un cierto nerviosismo y suspense (tempestad).

Simbolismos galope y tempestad Erlkönig

Por otro lado, representando al Rey Elfo, en su primera intervención (c. 58) nos encontramos con un ritmo de tresillos de corchea en alternancia bajo-acordes, acercándose a una especie de rápido vals que aligera el peso de los tresillos de octavas. La segunda intervención, en el compás 87, se acompaña con unos sugestivos arpegios asecendentes-descendentes. Estos dos recursos parecen reflejar el carácter bondadoso con el que el personaje quiere presentarse. Ya en su tercera y última intervención (c. 117), el rey se quita esta máscara, amenazando al niño con violencia, gesto que se acompaña con unos insistentes acordes en la mano derecha del piano y pesadas octavas en la izquierda.

Simbolismo Rey Elfo c.58
Simbolismo Rey Elfo c.87
Simbolismo Rey Elfo c.117

Los recursos melódicos se suman a estas caracterizaciones. Al padre se le asigna un registro más grave, -entre do3 y do4-, mientras que el hijo se mueve entre el sol3 y el mi4, siendo este el único personaje que repite melodía (estrofas IV, VI y VII), lo cual funciona como medio estructural y dramático, pues Schubert transporta una segunda ascendente cada una de sus apariciones (llegando al solb4), lo que va aportando tensión y celeridad al discurso musical en concordancia con la narrativa que conduce al temido desenlace.

Melodía 1 Hijo (desde re)
Melodía 2 Hijo (desde mi)
Melodía 3 Hijo (desde fa)

Las regiones armónicas refuerzan aún más la encarnación de los personajes, sirviendo a su vez como recurso estructural.

La obra está en la tonalidad de sol menor, reservada para el narrador en las estrofas de introducción y cierre (I y VIII). En las conversaciones padre-hijo, se usan tonalidades vecinas y/o relativas (quizá aludiendo al parentesco), la tonalidad de do m (niño), su cuarto grado mayor, fa M y su dominante sol M, en las dos primeras intervenciones (estrofas II y IV) y las de mi M y do# m en la última (estrofa VI).

En cuanto a las intervenciones del Rey Elfo, las regiones armónicas se adaptan también al relato: la primera (estrofa III) está enteramente en sib M, con progresiones de acordes suaves, enlazando con la actitud “zalamera” del personaje; la segunda intervención (estrofa V) parece adoptar los atributos infantiles -hablando de unas supuestas hijas arrulladoras- mimetizándose en la tonalidad de do M (recordemos que do m era la del niño); en la tercera y última (el Rey Elfo se desenmascara), introduce Schubert la tonalidad de mib M, que no había aparecido en toda la obra, acompañada de tensas progresiones armónicas.

La última intervención del niño (cuatro últimos versos de la estrofa VII) ya no obtiene respuesta de su padre, coloreada en sib M, relativo de la tonalidad principal sol m, anticipa la vuelta de esta en la última estrofa (VIII), con la intervención del narrador que relata el desenlace de la historia.

Dejaremos la explicación de este desenlace para el post de la próxima semana, en el que profundizaremos en toda la información relativa a la armonía y la forma. De momento, el esquema adjunto nos irá haciendo conscientes de la macroestructura de la obra.

Como trabajo auditivo, os sugiero utilizar esta versión de Jessye Norman para buscar los elementos explicados. Aunque la puesta en escena pueda resultar kitsch, la forma en la que la cantante adapta su voz a cada uno de los personajes y los interpreta, transmite un gran conocimiento de la obra.

Impromptu nº3 SCHUBERT

El Impromptu  op.142 Nº3 de Schubert se presenta en la forma de Tema y Variaciones. Analizamos la estructura armónica de la primera frase «A» del Tema, realizando una reducción textural. En cuanto a su forma, es la típica frase de 8 compases que consta de dos subfrases a-a’ de cuatro compases cada una:

  • la subfrase a termina en una Semicadencia sobre la V precedida del V/V.
  • la subfrase a’ finaliza con una Cadencia Auténtica Perfecta utilizando una sexta y cuarta cadencial también precedida sobre una dominante secundaria, en este caso el V/VII.

En cuanto a la progresión armónica, también típica progresión:

  • subfrase a: I – V – I – II – V/V – V
  • subfrase a’: I – V – I – VII/V – V – I

El ritmo armónico es similar en ambas frases, siendo más lento en la primera mitad de la frase y doblándose en la segunda mitad:

  • compases 1, 2, 5 y 6: ritmo armónico de redonda
  • compases 3, 4, 7 y 8: ritmo armónico de blanca

Impromptu N3 SCHUBERT

* en los acordes de séptima se utiliza el cifrado general

Coral Nº17. RITMO ARMÓNICO.

Volvemos a «Erschienen ist der herrliche Tag» para hablar de otra cuestión: el ritmo armónico. En casi todo el coral es de negra, a excepción de las cadencias y algunos cambios de posición (cpases. 1,3,9,10) que sería de blanca-negra. Y en el cpás.14 donde se produce otro cambio de posición formando un ritmo negra-blanca.

Coral17 RIT

En un anterior post, os hablaba del juego tonal de este coral: estamos en Mi m, pero la mayor parte de los sucesos sonoros tienen lugar en el relativo Sol M.  En relación con ello, es muy interesante lo que sucede en la parte central cpases. 6,7, y 8.

  • el ritmo armónico se ralentiza. Un compás entero sobre la I de Mim.
  • realiza una semicadencia sobre el V grado de Mi m justo a la mitad del coral. La progresión hacia la V la realiza a modo de sexta y cuarta cadencial, utilizando un V-V como si el cpás 7-8 se realizara sobre Si M, aunque no exista modulación a este tono.

Es la forma en que utiliza Bach el ritmo armónico para afirmar la tonalidad en la que estamos.