14/52 análisis – SONATA KV. 330 Nº10 – Wolfgang Amadeus Mozart

La Sonata KV.330 nº10 en do M -encuadrada dentro de la serie de Sonatas de París por estar compuestas en sendos viajes a esta ciudad-, fue escrita por Mozart en julio de 1778, poco después de la muerte de su madre.

Estructuralmente sigue la forma clásica ternaria A-B-A’ de Exposición, Desarrollo y Reexposición. Aunque la exposición no termina con una doble barra -mientras que desarrollo y reexposición si lo hacen (quedando la estructura A-BA’BA’)-, su larga duración compensa la longitud con el resto de la pieza.

SONATA KV 330-Mozart -ESTRUCTURA

La exposición comienza con el Tema A, que se configura como frase satz, con dos subfrases a y b, articulándose la subfrase a sobre un pedal de tónica. Se trata de un tema de carácter melódico, legato y dirección descendente.

La armonía es prácticamente de tónica durante todo el pedal, a excepción de un floreo en la melodía compuesta que va haciendo el acompañamiento, y que anuncia el IV, primera armonía que aparecerá después de este largo pedal inicial de seis compases.

La textura es de melodía acompañada con acordes desplegados tipo bajo Alberti, que ayudan a animar el ritmo armónico lento y hacen sobresalir la armonía. 

SONATA KV 330 Mozart -TEMA A/a

La subfrase b proporciona un cambio de rumbo, apareciendo el imprescindible contraste del Clasicismo. Ahora la dirección melódica es ascendente, la articulación es atacada y las figuras son semicorcheas, proporcionando el impulso necesario para llegar a la cadencia. La frase se repite (b’) con una ligera variación y, de nuevo, confrontación: fusas, articuladas de forma ligada y con otro contraste en el final de frase de semicorcheas descendentes articuladas por pares.

SONATA KV 330 Mozart -TEMA A/b

El Tema B comienza en el compás 19, con la I de sol M (tono de la dominante). En coherencia con el esquema tonal que se viene siguiendo, el siguiente acorde en aparecer es el IV. El contraste con el Tema A es claro, empezando porque se construye una frase tipo periodo (alternancia de dos ideas) con dos semifrases c y d. La direccionalidad melódica es tipo climática, con muchos cambios en los ataques, que se llegan a producir en la frase c cada corchea.

Después de un primer B, aparecen otros dos subtemas B1 y B2 unidos por una transición, continuando con las mismas características de simetría, contraste y variación.

SONATA KV 330 Mozart -TEMA B

El desarrolloSección II (B)- se realiza con varias secuencias modulantes, aunque sin permanecer en otras tonalidades, siempre en torno a sol M. En la primera secuencia (c.59-63) Mozart mantiene el pensamiento de alternancia entre dos acordes, incidiendo en el acorde de séptima disminuida. Para la segunda secuencia (c.68-78) utiliza mayormente el acorde de séptima de dominante, terminando en el compás 78 sobre un acorde de séptima disminuida sobre el VII de sol M. De esta forma crea un desarrollo muy cromático y con tensiones, en contraste (nuevamente) con la diatónica exposición.

Temáticamente, recupera aquí material de los temas subsidiarios -B1, B2-, reservando el uso de los temas principales -A y B- para la reexposición.

SONATA KV 330 Mozart -SECCIÓN B

La reexposición tiene lugar en el compás 88, repitiendo todo el Tema A sin variación, en do M. A la hora de entrar en el tema B, Mozart lo inicia de la misma manera que en la exposición (c. 106-108), como si fuera sol M, aunque enseguida se pasa a do M (c.109). Estos tres compases entre sol M y do M son usados como una especie de transición (se han cifrado en do M). Debido a la semicadencia que se produce en el compás 105, el cambio a do M resulta así menos abrupto .

SONATA KV 330 Mozart -REEXPOSICIÓN

Finalmente Mozart introduce una Coda y, para afirmarse en su sentido de la coherencia, resume -de manera magistral- en estos últimos seis compases el pensamiento de la sonata: el diseño melódico que utiliza es el que inicia el desarrollo (c.59-63), muestra todas las tonalidades usadas en el mismo -la m, fa M y re M- y remata con una alternancia insistente entre la I y el IV grado de do, primero mayor y finalmente en menor (cifrado b3 traído del modo menor).

SONATA KV 330 Mozart -CODA

Podríamos decir que esta sonata es casi un homenaje al cuarto grado de la tonalidad. Mozart «avisa» desde el compás uno de que el IV será protagonista. Lo vemos en el acompañamiento que se realiza sobre el pedal de I, cuando la única nota que está fuera del acorde de I es el fa (4ªgrado). Después de este largo pedal sobre el acorde de I, el primer grado de la escala que aparece es el IV y todo el tema A se remata con una cadencia plagal. Cambiamos al tema B y continuamos con el homenaje, pues el segundo acorde que aparece es el IV de sol M (do) y B1 y B2 se construyen alternando la tónica y el cuarto grado. Para finalizar, como afirmándose en su decisión, escribe la coda con esa insistente alternancia IV-I.

La pieza es una lección de unidad, variedad y coherencia de material y estructura; las frases de todos los temas, incluidos los conclusivos, se repiten dos veces, introduciendo en estas repeticiones siempre una variación.

Las ideas musicales están articuladas en frases con correspondencias motívicas y la división de la línea melódica se ve apoyada por la armonía en una clara complementariedad y simetría constructiva. La jerarquía del material musical lo hace reconocible como gesto inicial, intermedio o final, consiguiendo así su coherencia y ayudando al oyente a saber dónde está dentro de todo el recorrido musical.

Todos los elementos de esta sonata -métrica, tratamiento motívico y tratamiento armónico- actúan conjuntamente, configurando la «unidad cerrada sustentada en sí misma» que presenta el período clásico (Kühn, 1987, p.70).

Como sugerencia de escucha recomiendo la interpretación de Krystian Zimerman pues considero que es un fiel reflejo de la partitura. Observamos en esta versión algo que tiene más lógica en cuanto a las dobles barras. Zimerman repite la exposición y no la segunda y tercer parte, uniendo de forma muy sutil el final del Allegro con el segundo tiempo de la sonata, sin interrupción.

7/52 análisis – SONATA K.159 «La Caza» Domenico Scarlatti

Continuamos este reto de 52 análisis musicales en 52 semanas y toca el número 7!!!

Esta vez traigo la Sonata K. 159 «La Caza» en do mayor de Domenico Scarlatti. Se trata de un autor que, aunque de origen italiano, vivió y trabajó durante mucho tiempo en España donde compuso cerca de 555 sonatas!! Prueba de la influencia del folclore español son el uso del modo frigio y las técnicas que imitan a la guitarra en alguna de sus obras.

La falta de manuscritos autógrafos del autor, ha dado lugar a diferentes catalogaciones de sus sonatas, siendo la más usada la de Kirpatrick que sitúa la fuente de esta sonata en el volumen I de Venecia de 1752. En cuanto al momento de su escritura, se considera dentro del grupo que compuso en sus años en Portugal y primeros en España, alrededor de 1740.

La Sonata K.159, como todas las de Scarlatti, consta de un solo movimiento. El ritmo 6/8 y el inicio en anacrusa puede sugerir una giga o una siciliana.

Aunque en la sonata típicamente scarlattiana no hay sentido de recapitulación – cumpliendo el esquema bipartito-, no es el caso de nuestro ejemplo, que incluye una reexposición, lo que la convierte en una forma sonata embrionaria, tripartita con tres secciones A-B-A’ en la tonalidad de do M, aunque con repeticiones AABA’BA’, que evidencian el pensamiento bipartito con interés de mostrar el elemento tripartito.

Sonata «La Caza» Scarlatti -ESTRUCTURA

La Sección A presenta el tema a, muy pegadizo, a modo de pregunta (termina en la dominante) y la respuesta b, con la peculiaridad de que esta no concluye en la tónica (como se esperaría en la sonata clásica) sino que se transforma en una progresión hacia sol M. La frase termina en el compás trece con una cadencia imperfecta sobre sol mayor para proseguir con una extensión cadencial insistiendo en la tónica y la dominante, y finalizar la primera sección con una cadencia perfecta sobre sol mayor en el compás 24.

Sonata «La Caza» -SECCIÓN A

La Sección B comienza con un cambio de modo al homónimo do m, recuperando parte de la respuesta para convertirla en una secuencia modulante hacia fa m, a la que se suma una segunda secuencia modulante que se mueve por el círculo de quintas hasta volver a do m de nuevo, acelerándose aquí el ritmo armónico. Esta sección termina con una cadencia sobre la dominante de do m, que es compartida con do M como acorde pivote para regresar a la tonalidad principal.

Sonata «La Caza» SECCIÓN B
Sonata «La Caza» SECCIÓN B (II)

La Sección A’ está construida enteramente sobre do M. Es casi idéntica a la A excepto por algunos detalles, y finaliza con esa extensión cadencial que veíamos en la primera parte insistiendo en la alternancia dominante-tónica para terminar en la única cadencia perfecta que hay en la obra sobre do M.

Sonata «La Caza» SECCIÓN A’

Esta es una pieza precursora de la sonata clásica en muchos aspectos -estructura ternaria, exposición en el tono prinicipal, modulación al tono de la dominante, desarrollo modulante y reexposición en el tono de la tónica, frases estructuradas, sintaxis simétrica- menos en que es monotemática y se construye en algunas partes a la manera barroca.

El tema es muy fresco y sencillo de escuchar apuntando a la melodía acompañada típica clásica más que a los recursos contrapuntísticos barrocos. Los cambios de modalidad provocan cambios de emociones y sucesión de eventos dramáticos, otro rasgo que se opone a la estética barroca de sentimientos perdurables y únicos y que anticipa el Clasicismo vienés.

En cuanto a la estructura de las frases es, bastante regular, aunque conserva en algunas partes la estructura irregular y las cadencias infrecuentes, tanto es así que la cadencia conclusiva en la tonalidad principal de do M -como sucede en la música barroca- se reserva para el final.

El ritmo armónico es rápido con, generalmente, dos cambios por compás, y el recurso constructivo principal sigue siendo la secuencia -modulante o no-, características que la hacen conservar una sonoridad todavía cercana al Barroco.

5/52 análisis – SONATA N20 HOB.XVI/23 (Fa M) (1773) Franz Joseph Haydn

Quinta entrada del RETO 52 análisis musicales en 52 semanas del año 2022!!

Esta vez traigo una sonata del llamado «padre del Clasicismo», Franz Joseph Haydn, el cual compuso alrededor de sesenta de estas piezas. Estudió en profundidad las sonatas de Carl Philipp Enmanuel Bach (en el número 3 de este reto hablamos de una de ellas) y su tratado sobre el arte de tocar los instrumentos de teclado, ilustrando en sus piezas los objetivos de este manual y de la estética general del Empfindsamkeit o “estilo sensible”.

La Sonata Hob. XVI/ 23, pertenece a una época media de creación (1773), en las décadas en las que Haydn trabajaba para el príncipe Esterhàzy (1761-1790). 

Estructuralmente la pieza se puede considerar «ternaria», con tres grandes secciones A-B-A, aunque ponemos esta estructura entre comillas, pues si miramos las repeticiones AA-BABA, se evidencia un pensamiento bipartito, aunque con el interés de presentar el elemento tripartito.

Sonata Hob.XVI/24 F.J.Haydn -ESTRUCTURA

Esta forma está vertebrada sobre las relaciones funcionales tonales típicas de la sonata clásica, con un «tema B» sobre la dominante (c.23) y la vuelta en la reexposición a la tonalidad principal (c.87).

La sonata está escrita en 2/4.

La Sección I (A), se divide en dos subsecciones A y B, comenzando la Subsección A con una Frase A de cuatro compases estructurada como pregunta-respuesta. La pregunta a se elabora sobre un motivo anacrúsico de semicorchea con puntillo-fusa (M1) de carácter rítmico y la respuesta b sobre un motivo de cuatro fusas descendentes (M2). Esta primera frase se repite con alguna variación, terminando en el compás nueve en una cadencia rota y extendiéndose posteriormente para finalizar en una cadencia perfecta en el compás catorce. Aunque toda ella se estructura sobre la tonalidad de fa M, en la extensión a la cadencia que va de los compases nueve a catorce, Haydn introduce un tinte de color hacia sib M/sol m. Se observa regularidad y equilibrio compensado armónicamente en las frases, apuntando a lo que será la frase tipo periodo del Clasicismo pleno de la escuela de Mannheim. 

Sonata Hob.XVI/24 -SUBSECCIÓN A

Después de esta cadencia perfecta en el compás catorce, Haydn desarrolla melódicamente la subfrase a’ (llamaremos c a esta subfrase) (c.5-6), utilizando un motivo desarrollo del principal M1 (MD1, c.6), que será una constante en la obra. Para ello, hace uso de una secuencia modulante (c.14-20) que pasa por re m y cuya última repetición ya nos sitúa en el tono de la dominante, do M (c.18).

A partir del compás veintitrés se despliega una Subsección B contrastante, con carácter secuencial, coloraciones hacia los tonos cercanos de do m, sib M y sol m y frases continúas sin cadencias afirmativas claras (en un tipo de desarrollo que puede recordar al Fortspinnung), apuntando más hacia el estilo Barroco que a las frases simétricas del Clasicismo vienés, por lo que no se puede hablar exactamente de “tema B” (o Frase B), sino de una subsección que contrasta con la primera y que culmina en un pedal adornado sobre la tónica de do M (c.46-48).

Sonata Hob.XVI/24 SUBSECCIÓN B

En el compás 49, comienza la Sección II (B) con la frase A en la tonalidad de do M. A partir de los motivos MD1 y M2, introduce Haydn una primera secuencia modulante (c. 52-56) y seguidamente otra (c.56-59) para conducir hacia la semifrase c, que esta vez se desarrolla sobre re m. Esta sección finaliza con todo un desarrollo de carácter cadencial y modulante durante quince compases (c.70-87), para volver en el compás ochenta y siete a la tonalidad principal fa M.

Sona Hob.XVI/24 -SECCIÓN II (B)

La vuelta a la sección A –Sección I’ (A’)-, ya tiene el aspecto de reexposición de las sonatas clásicas, reproduciéndose la mayoría de los elementos iniciales en la tonalidad principal, a excepción de la semifrase c, que no aparece. Como ocurría en la primera sección, esta última también finaliza con un pedal sobre la tónica, esta vez fa.  Estos dos finales de las secciones principales (A y A’), dejan muy claro la tonalidad en la que estamos, afianzándola. 

Basándonos en el material, podríamos llamar a esta sonata bitemática, con puntualizaciones. Hay un claro tema o Frase A –de carácter ligero y estructurado simétricamente que construye las distintas subsecciones A de la pieza-, cuyos motivos o incisos se utilizan en el desarrollo melódico bien sea por repetición o transformación. En cuanto al segundo tema o Frase B, sí que es contrastante, aunque opinamos que su contenido no se podría calificar de “temático”, pues tiene un carácter de discurso continuo, poco cadencial, construido más sobre elementos secuenciales (modulantes o no) que sobre frases o subfrases, conectando más con el tipo de construcción sintáctica del Barroco. En cualquier caso, sí cumple la característica de contraste respecto al material de A y la construcción sobre el tono de la dominante, do mayor. Perduran por tanto en esta sonata, algunos mecanismos de construcción y desarrollo más cercanos al Barroco como las secuencias, conviviendo con los más característicos del estilo clásico, en frases simétricas y regulares, más ligados a la funcionalidad tonal. 

En cuanto al lenguaje armónico, los giros modulatorios internos que utiliza Haydn y que aportan sorpresa y dramatismo al discurso, producen cambios anímicos que se pueden conectar con la música de Carl Philipp y su estilo sentimental.

Por todas estas características, se podría decir que estamos ante una pieza de transición que mezcla rasgos del estilo Empfindsamkeit y el galante, no llegando todavía a los bloques sonoros cadenciales ordenados con simetría sobre la construcción arquitectónica del sismena tonal del Clasicismo.

Como sugerencia de escucha, os dejo esta vez algo diferente y más dirigido a quien quiera interpretar esta obra. Se trata de una Masterclass en directo de Sir András Schiff, en la que trabaja la pieza con una alumna.

Para escucharla al completo (con el resto de sus partes que son también fantásticas) os recomiendo la versión de Sara Daneshpour que me gusta especialmente por su ligereza, energía y expresividad .

3/52 análisis – SONATA WÜRTTEMBERG nº1 C.P.E. Bach

¡Y vamos a por el análisis de la semana 3 de 52!

Mucho se habla de autores representantes de una época concreta, categorizada por la musicología según unos determinados parámetros –p. ej.: autor clásico, representante del romanticismo, etc.- y poco de los autores de transición.

Considero a estos que realizan “el tránsito”, tanto o más importantes que los anteriores, pues son quienes se salen de las reglas y cánones de una época incluyendo elementos que nos conducen a otra; arriesgándose a “innovar”.

Como podremos constatar en el análisis de la semana, uno de esos autores que creo se merece un lugar entre los grandes, y al que quiero honrar, es Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788). Ya fue alabado por sus coetáneos, que lo apodaron “el gran Bach” y sus obras influyeron en las de Haydn, Mozart y Beethoven, teniendo su Ensayo sobre la verdadera manera de tocar el teclado un gran impacto en los mismos (Mozart hablaría de C.P. como el “padre” de todos ellos).

«Un músico no puede emocionar a los demás si no se emociona él mismo»

Carl Philipp Emanuel Bach

Tengamos en cuenta el contexto histórico en el que se sitúa el autor y lo que influyen ciertos aspectos sociales y científicos en la concepción y creación de la música desde el Barroco reciente hasta el Clasicismo, que estaba por llegar. Es un momento de encrucijadas sociales y culturales, en el que se estaba gestando la sociedad moderna: época de la Ilustración; el hombre ya no mira hacia Dios, sino que se vuelve hacia sí mismo, produciéndose una inmersión de cada persona en su propio mundo afectivo.

Nace un nuevo punto de vista de la psicología humana. En el siglo XVII, Descartes y otros hablaban de la perdurabilidad de las emociones, lo cual conduce a la música del Barroco a transmitir un solo estado anímico en cada movimiento o, como mucho, contrastar estados conflictivos en secciones compactas (como el ritornello y episodios de un movimiento de concierto). Ya en el siglo XVIII, los estudios revelan que los sentimientos están fluyendo constantemente, impulsados por asociaciones que producen estados impredecibles. Por tanto, las emociones no son compartimentos estancos sino que están en cambio constante, en ocasiones, por la influencia de las propias experiencias y pensamientos.

Los compositores comienzan a incluir estados contrastantes en las distintas partes de un movimiento o de un propio tema. Este aspecto del “contraste”, conducirá progresivamente al establecimiento de la forma sonata, tan relevante en la Historia de la Música. La nueva música proporciona más posibilidades de contraste al tener frases breves y recurrir a las diferencias de material para articular la forma. 

En este contexto, afirma Carl Philipp que la composición es la psique del compositor puesta en la música. Consideraba que el compositor debía emocionarse con aquello que espera que el oyente sienta, de forma que esta sensibilidad se traspase a la música e influya al público en la misma dirección emocional (de alguna forma preanuncia la concepción musical romántica alemana). Se le considera representante del Estilo Sentimental o Empfindsamer Stil, un fenómeno estético que defendía una música que pudiera llegar al alma y mover los afectos.

Puesto que tuvo una gran producción en música de tecla, analizaremos su Sonata Württemberg nº1, una pieza compuesta en un momento (1742-44) en el que, cerca de la treintena, Carl Philipp reside en Berlín en la corte de Federico II (en la que se vivía una intensa actividad musical) y que forma parte de la serie Sonatas Wurttemburguesas, dedicadas al duque de Württemberg. 

Veremos en ella un lenguaje directo, natural, sencillo y entendible, e inmediato en la respuesta emocional, dando como resultado una música pasional. 

La pieza sigue el esquema binario AB (con repeticiones AABB).

Sonata Wüttemberg nº1 -FORMA

La Sección I (A) consta de dos subsecciones, A y B. Se abre la Subsección A con una Frase A –de carácter amable- sobre un acorde de la menor desplegado. Esta Frase A, se extenderá de los compases 1 a 3 con dos subfrases. La primera, a, contiene un primer motivo de fusas en sentido melódico descendente que concluye con un intervalo ascendente de sexta menor, hacia dos corcheas que parecen quedar suspendidas a modo de pregunta. La subfrase b comienza en anacrusa con un grupo de 4 fusas en sentido ascendente (compensando la direccionalidad descendente de a, y como respuesta), motivo que servirá para todo el desarrollo de la pieza y será su impulso motor (motor 1), finalizando esta subfrase en un grupo de notas que quedan de nuevo suspendidas. Habrá una repetición b’, que nos conducirá a la primera cadencia perfecta sobre la m, tonalidad de la obra.

Sonata Württemberg nº 1 -FRASE A

La Frase B comienza en el cuarto compás en anacrusa sobre el relativo do M, introduciendo un motivo rítmico-armónico que será otro de los más usados, de carácter contundente (señalado como motivo motor 2). El inciso se repite dos veces y termina la semifrase con un tresillo de semicorcheas, repitiéndose a modo de progresión en re m -una segunda ascendente-, llegando hasta la mitad del compás 5.

Los motivos presentados hasta aquí serán los que Carl Philipp utilice para el desarrollo de toda la obra, con lo que podíamos decir que, desde la primera mitad del compás 5, todo responde a la pericia técnica del compositor para realizar un buen desarrollo.

Sonata Württemberg nº1 -FRASE B

En la segunda mitad del compás cinco, comienza una secuencia modulante -con dos repeticiones- como puente entre las dos subsecciones, que concluye en el compás nueve con una cadencia perfecta sobre mi m. 

Sonata Württemberg nº1 -SECUENCIA 1

La Subsección B abre en la segunda mitad del compás nueve de nuevo con la Frase A, ahora en mi m.

Sonata Württemberg nº1 -INICIO SUBSECCIÓN B

En los primeros dos compases (10-11) se superponen los motivos motor 1 y 2 contrapuntísticamente. A partir de la segunda mitad del compás doce comienza una secuencia (S2) que, utilizando el motivo motor 2, nos lleva hasta una cadencia perfecta sobre mi m en el compás catorce. Esta secuencia se repite, transportada una octava descendente (c.14-16), para terminar en otra cadencia perfecta (c.16).

Seguidamente un pequeño pasaje -que alterna el IV y VII de mi m- nos llevará a uno de los puntos climácicos de la obra (c.17): un calderón sobre un acorde de séptima disminuida que aporta una gran expresividad.

Después de esta «interrupción», Carl Philipp repetirá de nuevo la secuencia S2 (c.18-20), como retomando un camino anterior que quedó momentáneamente suspendido por un profundo suspiro, para finalizar con una cadencia perfecta sobre mi m (c.20).

Sonata Württemberg nº1 -SUBSECCIÓN B

Esta secuencia a la que hemos llamado S2, tiene un carácter cadencial y se utilizará en muchas ocasiones a lo largo de la obra (c. 12-14, 14-16, 18-20, 35-36, 37-38, 48-49, 50-51 y 54-55).

Una doble barra en el compás veinte indica la repetición completa de la sección I.

La Sección II (B), se abre con la Frase A directamente en do M y repite prácticamente toda la subsección A transportada a esta tonalidad, continuando con diez compases de diferentes progresiones modulantes a través del círculo de quintas. A continuación, presenta toda la subsección B, esta vez transportada al tono principal la m.

Conclusiones

Carl Philipp dibuja en esta obra un discurso no lineal, lleno de interrupciones, sorpresas, desviaciones, suspensiones y cambios imprevistos, como las dos cadencias sobre el séptimo grado con el calderón (c. 17 y 53) o los silencios expectantes, que mueven las emociones, reflejando un mundo de afectos cambiantes.  

En la combinación de motivos todavía conserva tintes barrocos por la forma en que los superpone, las progresiones con los juegos imitativos entre las distintas voces, la irregularidad de las frases, la falta de simetría y la sensación de falta de cadencias y discurso continuo en algunas partes de la obra. Por otro lado, aunque no se aprecian la regularidad y la simetría características de los temas de la sonata clásica, se acerca a ese lenguaje construyendo la música por motivos que se van sumando hasta conseguir la totalidad de la frase.

Elementos como el arpegio inicial, los grupos de fusas, los tresillos de semicorcheas, las articulaciones contrastantes o los puntillos proporcionan gran fluidez, empuje rítmico y expresividad a la música. La figuración es usada de una manera muy sintáctica, como si cada grupo de notas fueran palabras de una frase. La música no se ajusta al “caer” del compás, empezando cada inciso con un silencio que la va empujando hacia delante y perdiendo la sensación de las partes fuertes y débiles del mismo.

No hay un establecimiento de la tonalidad contundente, que se desdibuja con el profuso uso de secuencias modulantes y con la presencia de sólo dos cadencias perfectas sobre la tonalidad principal, la menor: una muy cerca del inicio de la pieza (compás 3) y otra al finalizar.  

Aunque la sonata es monotemática, incluye un rasgo de contraste en el que se ven indicios del juego bitemático de la sonata clásica. Se aprecian dos motivos contrastantes que son presentados ya al inicio -amable en la m (motor 1), contundente en do M (motor 2)- y que se usan en distintas combinaciones a lo largo de la obra, uniéndose en una sola idea a medida que avanza la música. 

Como ha sucedido a muchos innovadores a lo largo de la Historia, la música de Carl Philipp no fue comprendida por todas las personas que le rodearon. Así, parece ser que Federico II no apreciaba en demasía sus composiciones, pues se inclinaba por el estilo afrancesado refinado, de belleza frívola, sin emotividad ni fuerza. La música cada vez más progresista de Carl Philipp le fue desbordando, por lo que le relega hacia la tarea de ser poco más que el cembalista acompañante de la música de palacio.

El último periodo de la vida de Carl Philipp Emanuel Bach transcurre en Hamburgo donde, desde 1767, desarrolla importantes cargos al servicio del Senado de la ciudad: coordinador de la actividad musical, compositor para misas y oficios y profesor y teórico; siendo muy reconocido en su valía.

Como recomendación de escucha dejo una versión de Glen Gloud:

La forma Sonata Clásica (I) Análisis formal: «de lo grande a lo pequeño»

En los libros y por la red, encontraremos muchos esquemas parecidos a este sobre la estructura de la Sonata Clásica.

forma-sonata-3

Cuando, pensando en este esquema de la forma Sonata, empezamos el análisis práctico, nos daremos cuenta de que estas partes diferenciadas: tema, puente, reexposición…. no las vemos tan claramente diferenciadas.

Al comenzar el análisis musical de una nueva forma, necesitamos ponérnoslo fácil. Encontrar trucos para ver un poco de claridad en ese «inmenso bosque» que tenemos delante. Con estos trucos y con práctica, empezaremos poco a poco a orientarnos dentro del bosque y a diferenciar los árboles.

En el análisis formal, iremos «de lo grande a lo pequeño». Empezaremos con la estructura mayor que vamos a encontrar en la obra y de ahí, iremos hacia la más pequeña siguiendo este orden:

  1. Buscar EXPOSICIÓN-DESARROLLO-REEXPOSICIÓN
  2. Buscar el tema A
  3. Buscar el tema B
  4. Buscar el PUENTE